Los anuncios de Kerrygold se hicieron tan legendarios como la mantequilla. Uno de los clásicos que más gustó fue el de Who’s taking the horse to France? (¿Quién lleva el caballo a Francia?). El enigmático final del anuncio pasó a formar parte de la lengua cotidiana y se convirtió en una de las frases más repetidas por todo el país, aunque la respuesta sigue siendo un misterio a día de hoy.